Páginas

jueves, 30 de octubre de 2008

Personajes históricos que dieron origen a palabras comunes.


Hace mucho tiempo atrás, hablamos de los personajes históricos cuyos nombres se habían transformado en adjetivos comunes. Muchas palabras comunes de nuestro idioma derivan de personajes históricos determinados, que pasaron de esta peculiar manera a la Historia Universal. Así, por ejemplo:

-- BARRABASADA. Se le llama así a una acción atropellada o traviesa, y el nombre deriva de Barrabás, el personaje bíblico. Por supuesto que no sabemos la gran cosa sobre Barrabás, fuera de lo poco que nos cuentan los Evangelios, pero ese poco bastó para crearle un lugarcito en el idioma común de los castellanos...

-- CESÁREA. Se dice que la madre de Julio César tuvo un parto difícil, y que por eso, hubo que abrirle el vientre para que su ilustre retoño naciera de esta manera. La verdad es que esta leyenda no está probada, y la primera cesárea efectuada en una mujer viva data del siglo XVI. Pero el término pegó, y se usa hasta el día de hoy.

-- GILLETTE. No pocas veces se usa esta palabra como sinónimo de "hoja de afeitar". El señor King Gilette, inventó, en efecto, la primera máquina de afeitar con hojas desechables.

-- GUILLOTINA. Se llama así por Monsieur Guillotin. La leyenda popular dice que él la inventó, pero no es así. Guillotin fue el diputado francés que la propuso en 1791, como una manera más humanitaria (según él) de ejecutar a las personas.

-- MACADÁN. El ingeniero escocés MacAdam, dedicado a la construcción de caminos, desarrolló a comienzos del siglo XIX la idea de pavimentar los caminos de tierra con piedra molida aplanada con rodillos. A esta mezcla se la llamó macadán.

-- PASCALINA. Ya hablamos en Siglos Curiosos sobre Blaise Pascal y su apuesta sobre Dios. Pero también hablamos sobre su primitiva máquina calculadora a la que dio nombre, la pascalina...

-- VICTORIA. La victoria es un tipo especial de carruaje, de cuatro ruedas, abierto y con capota. Se supone que fue utilizado por primera vez por la Reina Victoria de Inglaterra, y de ahí el nombre.

domingo, 26 de octubre de 2008

La exuberancia irracional de Alan Greenspan.

Una frase común en el mundo económico habla de la "exuberancia irracional", para referirse a la tendencia de los mercados a crear burbujas bursátiles que después revientan de la manera en que revientan, como la Burbuja Punto Com de 2001-2002 o la Crisis Subprime de 2007-2008. Esta frase, la "exuberancia irracional", fue inventada por Alan Greenspan en 1996, en un discurso que dio mientras era el Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Alan Greenspan, habiendo sido Presidente de la Reserva Federal durante casi 20 años (1987-2006), se transformó en una leyenda viviente dentro del mundo económico, para bien o para mal. Greenspan asentó parte de su prestigio ubicándose en una posición inalcanzable, casi oracular, desarrollando lo que se ha llamado en inglés la "fedspeak", traducible como "la jerga de la Reserva". En 1996, el Indice Dow Jones, que mide el valor de las acciones en la Bolsa de Nueva York, se había empinado espectacularmente desde cerca de 5000 a cerca de 6000 puntos en sólo un año, síntoma claro de que el mundo bursátil estaba jugando a la Bolsa a lo loco. Se estaba incubando una burbuja financiera (que de hecho decantó después en la Burbuja Punto Com que reventó en 2002), y a sabiendas como buen economista que es Greenspan de que dichos reventones tienen dramáticas consecuencias, trató de desinflarla poco a poco.

El medio elegido fue hablar abiertamente del tema. En un discurso pronunciado en Diciembre de 1996 ante una organización económica de talante conservador, dio un largo discurso analizando la por entonces reciente crisis en el sector inmobiliario de Japón, y lanzó las siguientes sibilinas palabras: "¿Cómo descubrir cuando la exuberancia irracional ha dilatado el valor de los activos de manera inapropiada?". Se refería a Japón, pero tenía la esperanza de que su estatus como Presidente de la Reserva Federal hiciera ver que en realidad se refería oblicuamente a los propios Estados Unidos. En los siguientes días el mercado bajó, y se atribuyó (quién sabe si con razón o no) dicha baja a que los agentes de Wall Street interpretaron sus palabras como una predicción casi oracular sobre un mercado accionario claramente sobrevalorizado... y que por ende era bueno ir vendiendo. El Indice Dow Jones, por algunos días, estuvo entonces a la baja... Hasta que las palabras se olvidaron y Wall Street se arrojó otra vez a la orgía de seguir especulando con las acciones y alimentando la burbuja (que finalmente fue a reventar con el quiebre de las empresas Punto Com, en 2001-2002).

Probablemente el problema de fondo es el talante quizás excesivamente liberal de Alan Greenspan, no demasiado amigo de intervenir la economía debido a su confianza quizás excesiva en la capacidad de los mercados para regularse solos, y que por eso fue más bien tímido en desacelerar el mercado, sobrevalorando su propia posición como Presidente de la Reserva Federal para influir en la marcha de los mercados sólo con palabras. Por supuesto que en Wall Street, en donde se vive el día a día, las palabras son datos que duran un instante, y después son barridas por nuevos datos que llegan a continuación. ¿Qué quedó entonces del discurso de Alan Greenspan para la posteridad...? Una bonita frase, que describe de manera muy poética lo que en verdad es la negra realidad de las burbujas financieras.

jueves, 23 de octubre de 2008

La Burbuja Punto Com.

Uno de los más penosos episodios de la historia económica de finales del XX y comienzos del siglo XXI, se corresponde con el pinchazo brutal de la Burbuja Punto Com. En su tiempo se publicitó abiertamente la creación de una "Nueva Economía", la Economía del Tercer Milenio que iba a dejar obsoletas todas las teorías económicas basadas en la Revolución Industrial. La clave eran las nuevas tecnologías de la computación, y en particular la Internet, la "autopista de la información", que iba a convertir la sociedad industrial en una sociedad de la información, justamente. Al final sucedió, con la irrupción de la blogósfera y con ella de Siglos Curiosos, pero las uvas estaban aún un poco verdes en el paso al 2000. Y quienes apostaron antes de tiempo, se estrellaron.

Como cualquier burbuja financiera, la Burbuja Punto Com es de historial complicado. Pero varios factores incidieron. Por una parte, la caída de la Cortina de Hierro permitió que los capitales pudieran movilizarse como nunca por el mundo. Los inversionistas, alejado el riesgo del holocausto nuclear, miraron también el futuro con mayor confianza. Las economías emergentes (Asia, Latinoamérica) de pronto, al liberalizarse, se transformaron en destinatarios naturales de las inversiones del Primer Mundo, particularmente de Estados Unidos. Y el corazón de todos estos movimientos financieros internacionales era la Nueva Economía, la Internet, que entre otras cosas, modificaba la manera de hacer negocios en el mundo.

Pero claro, la liberalización de los mercados hizo muy ricos a los inversores de Estados Unidos, y mantuvo en la pobreza a muchas otras naciones (incluso creó varios desplomes, como el Tequilazo en 1995, la Crisis Asiática en 1997-98, el Hundimiento con Bife Chorizo de Argentina en el 2000...). En Diciembre de 1999, durante una reunión de la Organización Mundial de Comercio, en Seattle, estallaron disturbios por parte de los grupos antiglobalización, ridiculizados como "globalizados para organizarse por la antiglobalización", sin parar mientes en que no protestaban contra la globalización per se, sino contra ciertos desagradables efectos de la globalización liberal a ultranza. Claro, protestaban porque liberalización a ultranza significaba explotación de los recursos del Tercer Mundo en favor de los inversionistas del Primero, que entretanto tenían más dinero, y lo usaron en especular en las tecnologías de la información. Surgieron así numerosas empresas "punto com", que emitieron acciones a la Bolsa, y los inversionistas, ahora con más dinero para invertir, compraron ávidamente, creyéndose la propaganda de que una Nueva Economía permitiría que (¡por fin!) todo el mundo pudiera ser rico, o tener un aroma a riqueza al menos.

El índice NASDAQ (que agrupa a valores bursátiles relacionados con la tecnología) había subido de 500 puntos en Abril de 1992, a 1.000 puntos en Julio de 1995, a 2.000 puntos en Julio de 1998, y a una cifra récord de 5.132 en Abril de 2000. Para cualquier enterado en cuestiones económicas, era claro que semejantes alzas no podían reflejar un aumento de valor en la Economía real, y que las empresas punto com estaban fuertemente sobrevaloradas. Cuando la gente terminó por darse cuenta y dejó de especular con las empresas punto com, sobrevino el desastre. En el año 2000, America Online y Time Warner se habían fusionado para crear la empresa absoluta de la Nueva Economía (AOL Time Warner), mientras que en los dos años siguientes, tuvo que admitir pérdidas en sus balances de... ¡100.000 MILLONES de dólares! Por supuesto que diez años antes no había ninguna empresa que valiera tantos millones, y menos que pudiera aguantar una pérdida de tamaño semejante sin declararse en bancarrota... Pero AOL Time Warner sobrevivió. La pérdida de capital obligó a las empresas a hacer despidos, y el paro subió del 3,8% al 6,0% en apenas el año 2001. Curiosamente, muchas empresas dot com (cerca de la mitad, según estadísticas) se las apañaron para sobrevivir: eran tan pequeñas, que tenían pocos valores en juego, y por ende sus pérdidas no fueron tan grandes, mientras que los grandes tiburones fueron los que más arriesgaron y murieron. Por supuesto que en ese tiempo ya era Presidente de Estados Unidos el señor George W. Bush, hombre más ávido de dar lecciones que de aprenderlas, y empezó de inmediato a gestarse la siguiente burbuja, la Crisis Subprime 2007-2008...

domingo, 19 de octubre de 2008

Observaciones chirriantes.


La siguiente recopilación de anécdotas, se la debo al periodista Christopher Hitchens, a quien siempre es agradable de leer aunque sea demasiado radical y catedralicio para dar sus no siempre tan bien fundadas opiniones. Las agrupa bajo un rótulo tomado en préstamo del escritor irlandés Joyce Cary (1888-1957), quién llama "observaciones chirriantes" a aquellas proferidas con perfecta inconsciencia social por parte de personas desaforadamente ricas. Y son interesantes porque revelan una parte de la mentalidad del millonario, a saber, la íntima convicción de creerse moralmente superiores al resto de la Humanidad. He aquí el ramillete.

La anécdota que gatilló el artículo fue del mismísimo 2008, y su protagonista es el candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, John McCain. Se le preguntó en una entrevista sobre cuántas casas poseían él y su esposa Cindy. Su respuesta textual: "Pienso... Haré que mis empleados me informen". Huelga decir que la propaganda demócrata se cebó en dicha respuesta: Charles Schumer (senador demócrata por Nueva York) dijo que sabía de McCain que "usa zapatos de 500 dólares, tiene seis casas y proviene de una de las familias más ricas de este estado". Era la devuelta de mano porque la maquinaria propagandística de George W. Bush, para las elecciones del 2004, se cebó en el candidato demócrata John Kerry y su esposa Teresa Heinz, por poseer cinco casas...

Otros casos de Estados Unidos. Un donante estadounidense que entregó dinero a la Universidad de Oxford se apellidaba Coolidge, y Hitchens dice que cuando le preguntó sobre si estaba emparentado con Calvin Coolidge (Presidente de Estados Unidos entre 1923 y 1929), replicó ofendido: "Bueno, no. Yo creo que él era uno de los Coolidges que trabajaba". Mientras que en el año 2005, haciendo labor social en Nueva Orléans tras la catástrofe del Huracán Katrina, Barbara Bush habría dicho que como muchos refugiados eran menesterosos, la vida en el improvisado refugio en un estadio de Texas "era una maravilla para ellos"...

Pero los comentarios que tienen más sal, son los de la aristocracia británica, campeones indiscutibles en el arte de la displiscencia irónica. La Reina Madre Isabel de Inglaterra, mientras era transportada en un Rolls Royce por las calles de Manchester, habría dicho: "Creo que no tiene sentido alguno ser pobre". El duque de Saint Albans, por su parte, mencionó que un antepasado había perdido 50 millones de libras esterlinas en una especulación, y añadió como coda: "Ese era un montón de dinero en aquella época". Y el Duque de Devonshire, tras ser criticado en el London Times, dijo que él no pensaba recibir el periódico en "ninguna de sus casas"...

Desgraciadamente, ese síndrome también existe en Chile. Y si no, pregúntenle a las pelolais que viven su vida happy desde Plaza Italia hacia el este, en Santiago, y que no viajan al oeste sino para sentirse un poco más cool haciendo labores de voluntariado para la gente pobre...

jueves, 16 de octubre de 2008

El juego maquiavélico de Lee Atwater.


De que la política ha sido siempre un juego sucio, eso nadie lo pone en duda. Pero muchos están de acuerdo en que Lee Atwater llevó el juego a un nuevo nivel de sordidez, que hasta entonces la política de una nación democrática no había alcanzado. Lo irónico es que en su lecho de muerte, el propio Lee Atwater tuvo tiempo de arrepentirse de sus pasadas acciones, horrorizado del monstruo de Frankenstein que había creado, al desarrollar un nuevo tipo de hacer política. Porque Atwater es considerado como el padre de la maquinaria propagandística del Partido Republicano de los Estados Unidos, y su más destacado discípulo fue nada menos que Karl Rove, el tenebroso hombre tras las dos victorias electorales de George W. Bush.

Lee Atwater nació en 1951, y es considerado como un hombre de Carolina del Sur, en donde se crió, a pesar de haber nacido en Atlanta (Georgia). Asesoró a candidatos republicanos desde finales de los '70s, y trabajó para la administración de Ronald Reagan, y después para la de George Bush (el padre, claro está), a quien ayudó a ganar después de la que es considerada su pieza maestra en el arte maquiavélico. Porque Atwater es, sin lugar a dudas, el arquitecto de la victoria de Bush sobre Michael Dukakis, su contendor del Partido Demócrata, en la elección de 1988.

El estilo de Atwater era simple, y es el que han seguido después Karl Rove para apoyar a George W. Bush, y más recientemente Steve Schmidt (discípulo de Rove, así como éste es discípulo de Atwater) para apoyar a John McCain: crear redes de propaganda con mensajes simples y agresivos, que creen una imagen distorsionada del adversario. En 1988, atacaron a Dukakis esparciendo rumores sobre éste siendo sometido a terapia mental por depresión, y a su esposa por quemar una bandera durante la época de las protestas contra Vietnam. Se montó también un aviso racista en que mostraban al asesino negro Willie Horton cometiendo asalto armado y violación durante una salida de fin de semana, merced a un programa diseñado por Dukakis mismo: el concepto de "puerta giratoria" para los delincuentes, inventado por la maquinaria propagandística republicana, terminó de hundir a Dukakis.

En 1990, durante un evento público, Atwater se desplomó. Le diagnosticaron entonces un muy agresivo tumor cerebral. Se volvió entonces hacia el Catolicismo y de hecho parece haberse convertido. Como acto de contrición, escribió una serie de cartas a todos aquellos quienes sus tácticas habían perjudicado. En la revista Life Magazine, Atwater hizo una declaración pública llamando a modificar el estilo de hacer política basado en la acumulación pura y simple de poder, estilo que por cierto, él mismo había contribuido a desarrollar. Quizás revelador de su temperamento sean las palabras que le escribió a Dukakis: "Mi enfermedad me ha hecho pensar algo sobre la naturaleza de la humanidad, el amor, la hermandad y las relaciones que nunca entendí, y probablemente nunca hubiera entendido". El 29 de Marzo de 1991, habiendo perdido prácticamente toda la movilidad debido al cáncer, falleció finalmente. En las elecciones presidenciales de Noviembre de ese año, ganó el candidato demócrata Bill Clinton.

domingo, 12 de octubre de 2008

El Gran Triángulo de los esclavos.


Probablemente, una de las hipocresías más grandes en que han incurrido los cristianos en la Historia Universal, es que muchos de ellos se ensuciaron las manos en un comercio que niega por completo la igualdad entre los seres humanos que predicó Cristo, cual es el de los esclavos. En la temprana Edad Media había la excusa de que los esclavos existían desde la Antigua Roma, al menos, pero en los Tiempos Modernos, cuando estaba casi extinguida en Europa, la esclavitud encontró no sólo un nuevo campo fértil por el cual avanzar, sino que se sistematizó hasta extremos antaño quizás inconcebibles.

En efecto, los esclavistas desarrollaron, entre los siglos XVII y XIX, un comercio atlántico perfectamente sistematizado. Las naves zarpaban de Inglaterra llevando mosquetes, ginebra y baratijas para comprar esclavos en Africa, después zarpaban de Africa hacia Estados Unidos llevando los esclavos, y desde Estados Unidos viajaban de regreso a Inglaterra con algodón, azúcar, ron y madera. A esto se lo llamó el Gran Triángulo.

Los esclavos eran transportados en condiciones absolutamente inhumanas. Aún en el puerto, se les marcaba con un hierro al rojo vivo que poseía las iniciales del comerciante que trataba con él; de este modo podía identificársele en caso de que pretendiera escapar. Antes de zarpar, era frecuente que algunos esclavos, desesperados, intentaran suicidarse o huir; en tales casos podían ser fusilados, o bien solían ahogarse. Una vez en viaje, eran hacinados en bodegas bajo la cubierta, sin ventilación, hasta el punto que no podía mantenerse encendido un candil, por la falta de oxígeno. Se estima que entre el 10 y el 20 por ciento de los esclavos transportados en estas condiciones fallecía durante el viaje.

A comienzos del siglo XIX, el Parlamento de Gran Bretaña inició una fuerte campaña para acabar con la esclavitud. En 1806 lo consideró "contrario a los principios de justicia, humanidad y sana política". El principal promotor de la abolición fue William Wilberforce, un político y filántropo británico, quien debió lidiar con los intereses comprometidos de los esclavistas, pero que finalmente se salió con la suya cuando se proclamó la abolición en 1833. Aún así, ésta no fue automática. Así, los propietarios de esclavos en las Indias Occidentales, por ejemplo, debieron ser indemnizados con 20 millones de libras esterlinas, para que accedieran a liberar a sus esclavos. En Estados Unidos, fue después de la Guerra de Secesión (1861-1865) que desapareció la esclavitud, y sólo entonces pudo asestársele el golpe de gracia a este comercio.

jueves, 9 de octubre de 2008

Calímaco contra Apolonio.


Siendo la Literatura un Arte, y el Arte una cuestión de apreciaciones en buena medida, es natural que hayan ciertas polémicas literarias sobre cómo debe ser la Literatura, que están condenadas a no ser resueltas jamás. Bien conocidas en lengua castellana son las guerras entre Luis de Góngora y Francisco de Quevedo, o entre Vicente Huidobro y Pablo Neruda, que si bien tuvieron su buena proporción de egotismo y vanidad, eran también concepciones diferentes sobre cómo debe hacerse la buena Literatura. Una de las polémicas más antiguas de esta naturaleza, tal y como la conocemos, es la que enfrentó a Calímaco con Apolonio de Rodas, en la Alejandría de los Tolomeos.

En el siglo III a.C., gracias a la riqueza del Egipto de los Tolomeos, Alejandría se convirtió en el centro de la cultura griega, desplazando a la ya vetusta Atenas. Es natural que los más selectos e importantes escritores fueran a dicha ciudad a hacer su arte. Mientras que la cultura ateniense había tenido un sesgo más popular y creativo, la cultura alejandrina respondía a una sociedad más rica, sí, pero también más aristocrática y orientalizante. La cuestión que enfrentaba a los escritores era entonces, ¿cómo plasmar esta nueva sociedad griega, en un nuevo estilo de arte?

Para Calímaco (hacia 310-240 a.C.), la cuestión estaba clara. La antigua cultura se había nutrido fundamentalmente de la épica homérica, pero esa cultura estaba muerta. La épica homérica era indudablemente grandiosa, claro está, pero ya no podía cultivarse en la enrarecida atmósfera cultural alejandrina. Por ende, se dedicó a la escritura de epigramas e himnos de extensión relativamente breve (las piezas más largas tendrán apenas unos centenares de versos). Su esfuerzo máximo no estaba en recrear largas historias épicas, sino en tomar episodios mitológicos para explotar la atmósfera erótica, épica o terrorífica que de ellos pudiera emerger.

El oponente de Calímaco era Apolonio de Rodas, quién sí pensaba que la épica aún estaba de moda. Para ello escribió su propio poema épico, la "Argonáutica". Para su desgracia, su obra no tenía la vida ni pasión de Homero, su modelo, y pierde el hilo mientras despliega toda su portentosa erudición, volcándola sobre el poema hasta convertirlo en pesado y pedantesco. No muy apreciado hoy en día, su pedantería simpatizó mucho entre algunos romanos (lo imitaron no sólo Varrón de Atax y Valerio Flaco, dos poetas romanos de segunda fila, sino que el propio Virgilio lo homenajeó en el Canto IV de la "Eneida"), y después entre los renacentistas, tan entregados ellos al cultivo de la erudición grecorromana (Pierre de Ronsard le imitó en el siglo XVI con un poema llamado "La Franciada").

¿Por qué Calímaco y Apolonio eran rivales tan enconados? Las diferencias de percepción sobre la Literatura y su estado actual (el de esa época, claro) son una razón fundamental, pero probablemente haya otras. Apolonio fue discípulo de Calímaco, y quizás el vasto trabajo de Apolonio (7000 versos, más o menos la mitad de "La Ilíada") despertó los celos del maestro. Calímaco, por otra parte, sabemos que era hombre de temperamento difícil, como lo revela su propia obra literaria, en la que es posible encontrar a un hombre muchas veces rencoroso y amargo. A su manera, por otra parte, Calímaco tenía razón en considerar que el espíritu épico no se avenía bien con la adocenada vida de la corte de los poltrones eruditos y aristócratas de Alejandría. Como no tenemos demasiada información sobre la vida de ambos, y los datos al respecto son contradictorios, tenemos que conformarnos con lo poco que se sabe al respecto, y especular.

domingo, 5 de octubre de 2008

La novela que remeció la industria de la carne.

Upton Sinclair (1878-1968) no era novelista que se anduviera con chicas. Su prosa tiene un hondo contenido social, y es uno de los grandes estandartes del Socialismo en los Estados Unidos del siglo XX. Incluso, aunque la Literatura de denuncia social tiende a envejecer rápidamente conforme las propias condiciones sociales cambian, fue adaptado más o menos libremente, en fecha reciente, en la peli "Petróleo sangriento". Pero no fue su única novela: en su larga vida, Sinclair fue enormemente prolífico, y dejó cerca de noventa volúmenes (prácticamente uno por año de vida) al fallecer.

Ciertas novelas pasan a la Historia por ser catalizadoras de situaciones sociales críticas, como por ejemplo lo fue "La cabaña del Tío Tom" sobre la esclavitud de los negros en el Sur de Estados Unidos. Sinclair, en "La Jungla", publicada en 1906, hizo lo propio con los mataderos de Chicago. En su novela, Sinclair se dedica a contar todo lo que pasa con la carne, desde que la ternera está viva en el matadero, hasta que llega a la mesa del consumidor estadounidense. Los lectores estadounidenses reaccionaron con repulsión, no sólo por la descripción del trabajo de las mujeres y de los niños en los mataderos de la ciudad, sino también al darse cuenta de que al comer carne de ternera, muchas veces también comían la carne de los operarios que se caían vivos a las trituradoras, y por los cuales, por cierto, nadie se preocupaba en demasía.

El escándalo llegó a tales proporciones, que la propia industria carnicera decidió pedir ayuda al Gobierno, para que ellos los inspeccionaran, y así reestablecer la confianza del público. El entonces Presidente Theodore Roosevelt entró entonces a legislar con fuerza en el tema. Los empresarios cambiaron entonces de idea, probablemente porque pensaban que el asunto se iba a limitar a un espaldarazo del Gobierno y no se esperaban una oleada reguladora encima, que le pudiera cortar las ganancias (por cierto, ¿cuántos de ellos habrán sido vegetarianos...?). Se envió también un ejército de inspectores a los mataderos, que confirmaron casi todas las denuncias de Sinclair. Finalmente, barajando los costos de un programa permanente de inspección, el Gobierno rebajó sus pretensiones, y si bien salió una legislación que regulara con mayor firmeza a los mataderos, ésta fue más liviana que la inicialmente presentada. Sinclair comentó sarcásticamente al respecto: "Yo apunté hacia el corazón del público, y por accidente le di al estómago"...

jueves, 2 de octubre de 2008

El Conde de Montecristo anticipa el Technothriller.


Tom Clancy, escribiendo sus historias sobre Jack Ryan, el analista estrella de la CIA (y presentado en las pelis "La caza del Octubre Rojo", "Juego de patriotas", "Peligro inminente" y "La suma de todos los miedos"), le dio fama y favor popular al Technothriller, género literario que mezcla espionaje y suspenso con lo más avanzado de la hi-tech de la época. La idea de utilizar la alta tecnología no es algo desusado, porque el 98% de la Ciencia Ficción se basa en esa premisa, pero hacerlo en obras más "realistas" es algo un poco más resistido, probablemente por la escasa formación científica de la mayor parte de los hombres de letras. Hacía estas reflexiones leyendo el estupendo artículo del blog Cabovolo sobre el telégrafo óptico, y recordé (Cabovolo lo menciona) un episodio de "El Conde de Montecristo" en que la alta tecnología de la época le proporciona un giro vital a la trama.

Hagamos un poco de memoria. "El Conde de Montecristo" es un folletín de aproximadamente mil páginas, escrito por Alejandro Dumas Padre, publicado entre 1844 y 1846, y adaptado innumerables veces para el cine (con muy drásticos recortes, habida cuenta de la incontinente cantidad de capítulos de la novela original). En él se describe la historia de Edmundo Dantés, un ingenuo marino que es emboscado por un grupo de enemigos y encerrado en la prisión de If. Un poco la casualidad y un poco el valor, le ganan la libertad, y regresa convertido en el Conde de Montecristo, para vengarse de sus enemigos.

Uno de los enemigos de Montecristo es Danglars, que deseaba sacar a Dantés del camino para quedarse con su puesto de capitán de barco. Con el tiempo, Danglars se convierte en un reputado banquero (descrito en la novela con tonos chirriantes, como un millonario sin gusto ni cultura, como corresponde a un "new rich"), con fama de tener casi un toque mágico para los negocios y la especulación bursátil. Montecristo descubre entonces que Danglars juega con información privilegiada, la que obtiene por vía del telégrafo óptico. He aquí entonces el elemento hi-tech de la trama, porque en la época (el telégrafo eléctrico no fue desarrollado sino hasta 1847, un año después de terminada la publicación del folletín) era la tecnología más avanzada en materia de comunicaciones.

Apenas Montecristo se entera de la jugarreta de Danglars, viaja a la estación de uno de esos telégrafos, que conecta Francia con España, y luego de una envolvente conversación, convence a un operador del telégrafo óptico para dejarse sobornar, y entregar como mensaje, el que una sublevación carlista se ha apoderado de Barcelona. Todos los que confiaron en la información de Danglars vendieron sus fondos españoles, pero al día siguiente sale en la prensa que la fuga de Don Carlos carece de todo fundamento, y que "una señal telegráfica, mal interpretada a causa de la niebla, ha dado lugar a este error" (recordemos que el telégrafo óptico no envía señales eléctricas, sino que depende de que su operario vea la señal de otro telégrafo instalado más lejos en la cadena de mensajes). Y los dichosos fondos españoles suben al doble de su valor, para irritación de Danglars y la gente dateada por él. A la larga, al perder su acceso a la información privilegiada, Danglars acabará virtualmente en la bancarrota. Así, ya en 1844-46, cuando apenas se vislumbraban los efectos de la Revolución Industrial y las telecomunicaciones estaban aún en embrión, la fértil imaginación de Alejandro Dumas le permitió jugar con el tema de la manipulación a través de la alta tecnología...

Seguidores

Busca temas históricos en Siglos Curiosos

Absolutismo (4) Administración Política (14) Africa (14) Alemania (16) Alimentación (13) América Colonial (6) América Independiente (1) América Precolombina (9) Animales (15) Antártica (1) Anticipación del Futuro (15) Argentina (2) Arqueología (11) Arquitectura (13) Arquitectura y Urbanismo (7) Astrología (4) Astronomía (28) Australasia (4) Australia (1) Austria (2) Automóviles (1) Aviación (2) Biblia (27) Bibliotecas (1) Biología (9) Bolivia (1) Botánica (1) Brujería (1) Bulgaria (1) Caballería (2) Calendarios (7) Caricaturas y Cómics (4) Celebraciones (1) Chile (97) China (9) Ciencia Ficción (12) Cine (42) Civilización Andina (5) Civilización Arábiga (1) Colombia (1) Colonizaciones (2) Comunicaciones (3) Construcciones (1) Cosmovisiones (3) Crímenes y Criminales (27) Cristianismo (20) Cristianismo y Cristianos (9) Croacia (1) Década de 1900 (13) Década de 1910 (17) Década de 1920 (8) Década de 1930 (15) Década de 1940 (20) Década de 1950 (12) Década de 1960 (7) Década de 1970 (12) Década de 1980 (18) Década de 1990 (11) Década de 2000 (24) Década de 2010 (13) Delfines y Ballenas (1) Democracia (17) Demografía (2) Deportes (7) Derechos de Autor (4) Diplomacia (3) Discriminación (1) Drogas (1) Economía (19) Edad Media (20) Educación (3) Egipto (2) Egipto Antiguo (12) Electrónica (1) Enfermedades Mentales (6) Eras Geológicas (6) Errores Científicos (5) Erupciones Volcánicas (2) Escandinavia (1) Esclavitud (4) Escultura (10) Esoterismo y Ocultismo (6) España (22) Espionaje (1) Espiritismo (1) Estados Unidos (39) Etimología (55) Europeocentrismo (3) Evolucionismo (8) Existencia de Dios (7) Expresiones (24) Fanatismo Religioso (3) Feminismo (3) Filosofía (23) Física (2) Francia (37) Frases para el Bronce (15) Fraternidad Universal (8) Fútbol (1) Gatos (6) Genética (7) Genocidios (1) Geografía (7) Geología (9) Grecia (1) Grecia Arcaica (8) Grecia Clásica (18) Grecia Helenística (6) Grecia Medieval (1) Guerra (9) Guerra Antigua (6) Guerra Medieval (10) Guerra Moderna (7) Guerra Naval (4) Guerra Reciente (7) Hebreos (3) Heroísmo (2) Historia Alternativa (4) Historiadores (13) Historieta y Cómic (7) Holanda (2) Humanismo (1) Idioma Castellano (2) Idioma Griego (9) Idioma Inglés (2) Idioma Latín (7) Idioma Sánscrito (1) Idiomas Artificiales (1) Iglesia Católica (8) Ilustración (2) Imperio Bizantino (12) Imperio Británico (2) Imperio Español (17) Imperio Inca (1) Imperio Napoleónico (6) Imperio Otomano (4) Imperio Persa (2) Incompetencia Militar (14) India (17) Informática (6) Ingeniería (7) Inglaterra (53) Intrigas (9) Islam (10) Italia (22) Japón (20) Joyas (2) Judaísmo (16) Judaísmo y Judíos (10) Juegos y Pasatiempos (4) Juicios (21) Leyenda Negra (2) Leyendas (7) Leyes (20) Libertad de Expresión (8) Libertad de Religión (4) Lingüística (1) Listas de Gobernantes (2) Literatura (50) Mar Mediterráneo (2) Más Allá (3) Matemáticas (16) Matrimonio (7) Medicina (15) Medio Oriente (6) Mesianismo (6) Mesoamérica (11) Mesopotamia (3) México (2) Minería (4) Mitología Latinoamericana (2) Mitos de la Creación (5) Moda (2) Monarquía (26) Mongoles (4) Monumentos (1) Muertes Remarcables (10) Mujeres (30) Mundo Bíblico (12) Música (10) Música Popular (6) Música Selecta (5) Nacionalismo (4) Navegación (23) Negociados (2) New Age (1) Occidentalización (1) Océano Atlántico (5) Oceanografía (2) Origen de la Humanidad (2) Paleolítico (1) Paleontología (11) Palestina (4) Periodismo (2) Persia (3) Personajes (43) Perú (1) Pintura (9) Polinesia (2) Premio Nobel (4) Primera Guerra Mundial (6) Profetas (5) Propaganda (3) Pueblos del Antiguo Testamento (4) Pueblos y Tribus (9) Química (4) Racismo (7) Radiodifusión (1) Regiones Geográficas (5) Reinos Helenísticos (1) Religión Grecorromana (9) Religiones Antiguas (3) Renacimiento (14) Robótica (2) Roma Antigua (42) Romanticismo (1) Rusia (12) Sacerdotes (1) Sacro Imperio Romano Germánico (2) Satanismo (5) Segunda Guerra Mundial (6) Sexismo (7) Sexualidad (20) Siglo 05 (1) Siglo 11 (1) Siglo 14 (1) Siglo 15 (2) Siglo 16 (6) Siglo 17 (32) Siglo 18 (26) Siglo 19 (56) Siglo 20 (24) Siglo 21 (1) Sincretismo Religioso (2) Sudáfrica (1) Suiza (2) Supersticiones (1) Teatro (5) Tecnología Militar (7) Tecnología Nuclear (3) Televisión (5) Teología Cristiana (5) Terremotos (9) Tíbet (1) Universidades (3) Urbanismo (14) Vampiros (3) Vestimenta (4) Viajes y Viajeros (13) Zoología (9)